Mi primer día de regreso a clases

Hoy por fin regresé a clases, a regaña dientes porque en realidad quería más tiempo libre, pero no me quejo en vista de que supe aprovechar las tres semanas de vacaciones que tuve, de modo que estoy lista para volver a la rutina estudiantil, a andar a millón por las actividades asignadas a la UPEL, a dormirme a las 10:00 p.m para despertarme nuevamente a las 5:00 a.m cuando estaba tan acostumbrada a dormir entre 10 y 11 pm y despertarme entre 7:50 y 8:00 a.m..Hoy tuve mucha dificultad para despertarme, lo hice con mucha pereza, hoy tenía solo una clase y cuando llegué la pereza fue mayor al ver que fuí la primera de la clase en llegar, eran las 7:15 a.m y fue cuando tan solo llegaron tres personas más, al profesor lo llamamos en vista de que no llegaba y nos dijo tan fresquito que no tendríamos clase,¿que tal?. Al principio me molestó haber tenido que despertarme temprano para nada pero como dicen: "No hay mal que por bien no venga", de modo que aproveché para reunirme con mis compañeros de equipo para adelantar actividades de otras materias, visité en su cubículo a una profesora que es mi amiga...En fin, me rindió el tiempo y terminé todo antes de las 12:00 p.m y eso gracias a que no tuvimos la clase, pues de haber tenido esa clase habría terminado más o menos a las 3:00 p.m.. De esta manera, quiero terminar con la siguiente reflexión: muchas veces nos quejamos porque llega el momento que menos nos agrada o porque no se da una situación esperada por nosotros sino todo lo contrario a lo esperado...Miren, lo repito "no hay mal que por bien no venga", por muy malo o desagradable que parezca un problema, debemos tener presente que puede llegar como una prueba que Dios nos pone para que crezcamos y maduremos como persona o simplemente como una forma de protección de algo peor e incluso, agradecer a Dios por eso; sé que en el momento no es fácil verlo desde ese punto de vista pero vale la pena intentarlo...Y otra cosa, póngámosle un poco de humor a los problemas, al menos intentemos reirnos de ellos, resulta siquiera menos molesto, se ahorran enfermedades y es más fácil ver el problema desde un punto de vista más amable, lo digo por experiencia.