martes, 5 de febrero de 2008

Cómo cumplir nuestros deseos con nuestro pensamiento


Hoy, gracias a mi hermana, tuve la oportunidad de ver una película llamada "Secreto": esa película trata sobre una mujer que había perdido a su padre y estaba revisando toda clase de libros e indagando con otras personas sobre cuál es el secreto y de repente, salió un programa de televisión donde se entrevistaba gente sobre el particular y todos los entrevistados coincidían en señalar que el ese secreto de nuestra vida, que solo conocen los personajes más grandes de nuestra historia, está en la Ley de Atracción. De acuerdo con esa ley, nosotros atraemos lo que nos sucede, bueno o malo, con nuestros pensamientos, si nos concentramos en algo malo a lo que le tenemos tanto miedo de que ocurra lo estamos atrayendo con nuestra mente y más rápido ocurrirá, pero si nos enfocamos más bien en algo bueno, nos irá mejor porque más rápido nos llegará a suceder y se presentan en la película escenas que lo ejemplifican muy bien; una que me llamó la atención fue aquella en la cual se comparaba a la lámpara de Aladín con ese asunto cuando ese genio decía "Tus deseos son órdenes" en el sentido de que lo que pensamos también es una especie de orden que damos al universo. Por tal razón, cuando no deseemos que una determinada situación ocurra no debemos ni siquiera imaginarla ya que le estamos dando la orden al universo de que se reestructure para que suceda, es decir, estamos llamándola con el pensamiento y cuando deseemos una situación, debemos pensarla tantas veces como sea posible.

¿A quien no le ha ocurrido, por ejemplo, que cuando se despierta piensa que le va a ir mal, que lo van a atracar, o que va a sufrir un accidente y se enfoca en eso y por más que lo intenta no logra pensar en nada positivo y al salir le ocurre esa desgracia que sin querer ha llamado tanto con el pensamiento?. A mí particularmente me ocurrió el semestre pasado que tenía miedo de que el profesor, por lo irresponsable que era, se equivocara con mi nota y no dejaba de pensar en eso, mi tranquilidad solo llegaría cuando viera mi boletín con las notas en orden y cuando ví mis notas efectivamente ocurrió lo que tanto temía; sin querer atraje ese problema con mi mente. Pero si pensáramos, en cambio, con esa misma pasión, en eso que tanto anhelamos que ocurra:algunos de ustedes desearán un carro último modelo, otros tal vez desean una mansión, otros desean conseguir un empleo...y yo lo que más deseo en este momento es mi cambio de especialidad a Educación Musical. Si pensáramos en eso con la misma intensidad con que pensamos en las cosas malas, no nos ocurrirían tantas desgracias y serían mayores las situaciones positivas que viviríamos. Yo, por ejemplo, desde ahora solo pensaré positivamente sobre mi cambio de especialidad, solo pensaré que se me dará y que solo recibiré buenas noticias al respecto, evitando de esta manera todo pensamiento negativo.

Pero...Todo, hasta eso, tiene un pero. Entendamos correctamente la Ley de Atracción, o al menos estemos claros en dos cositas: la primera es que debemos ser pacientes y cuando digo ser pacientes me refiero a no esperar resultados inmediatos, es decir, lo que pensemos llegará pero no llegará a la misma velocidad en que Aladín (el genio de la lámpara) cumple los deseos en la película, o sea, no llegará como por arte de magia; por lo tanto, no nos desanimemos si no observamos resultados instantáneos, se los digo porque a veces ocurre que estamos tan impacientes que cuando no vemos esos resultados nos tornamos pesimistas y entonces auyentamos lo que tanto esperábamos o lo que es peor, llamamos cosas malas. La segunda cosa que hay que aclarar es que si bien el secreto para cumplir nuestros deseos (metas, sueños, la recuperación de un familiar enfermo, éxito en el plano laboral y amoroso y pare de contar) es pensarlos y llamarlos enérgicamente con nuestra mente para que llegue a nosotros eso que tanto deseamos hay dos refranes muy parecidos en el contenido y en el significado que dicen, respectivamente "A Dios rogando y con el mazo dando" y "Ayúdate que yo te ayudaré" (eso último lo dice Dios), los cuales significan que nuestro esfuerzo para que se dé lo que tanto deseamos no se limitará a nuestra mente, sino que también nuestro cuerpo y nuestro espíritu deben moverse hacia el mismo fin; dicho de otra manera, debemos hacer todo lo que esté al alcance de nuestras manos para lograr lo que queremos y después dejar que lo demás venga solo. De modo que, a cuenta de evitar pensamientos negativos de que nos van a atracar o nos van a matar no nos quedemos a la buena de Dios, es decir, estemos pendientes al salir de nuestras casas, al estar ya en la calle, al estacionarnos en algún sitio y al regresar a nuestros hogares; también es necesario acotar que de nada nos va a servir ser optimistas al pensar que vamos a salir bien en un examen y no prepararnos para el mismo o pensar en tener ese carro último modelo o esa mansión de lujo mientras no nos movemos en buscar el dinero necesario para adquirirlos y ni prentendamos conseguir el empleo que tanto se necesita si ni nos molestamos en llevar el currículum vitae a la empresa donde se aspira conseguir dicho empleo. En mi caso particular, yo ya hice las diligencias que tenía que hacer para conseguir el cambio, de modo que ahora tengo que dejarle el asunto a Dios y pensar positivamente.

Es verdad que nuestra mente es poderosa pero ella por sí sola no nos ayudará en nuestros propósitos, de manera que necesitamos el esfuerzo del resto de nuestro cuerpo que para algo nos lo tuvo que haber dado Dios y no precisamente para quedarnos recostados de brazos cruzados esperando que todo nos llegue como caído del cielo. Entonces, la correcta aplicación de la Ley de Atracción sería realizar nuestro máximo esfuerzo en función de nuestras intenciones y si no hay más nada que hacer, confiar en Dios, ya que esa es la mejor manera de pensar en positivo, pues con Dios todo es posible y sin Dios nada lo es.

3 comentarios:

Alonso dijo...

Coincido plenamente contigo Euridice, la ley de la atracción debiera de ser la ley que nos rigiera a todos los seres humanos para alcanzar nuestros objetivos.

en estos momentos me encuentro con la sensación de vacío en el estómago porque estoy en espera de que me autoricen un proyecto que sería muy positivo para mi negocio, pero tengo la confianza y la fe en que será positiva esa resolución, me he visualizado recibiendo esa llamada en donde me atoricen el proyecto, pero para esto se requiere de fe, de creer en que el ser humano tiene la capacidad y la fuerza de transmitir sus energías positivas para cumplir sus sueños, yo creo, tengo fe y sobre todo trabajo día a día para reforzar mis pensamientos y energías.

Porfavor unan sus buenas vibras para que se materialicen sus sueños y para que se materialicen los mios, yo deseo euridice que pronto tengas tu cambio de especialidad, tanto como tu lo deseas!

saludos y éxito!

Alonso

no dijo...

Pues yo llevo pensando 8 anos en mi deseos y nada

jlel dijo...

Hay un sitio llamado 7777 ques muy bueno seguro que cumple vuestros deseos